LOS ÁNGELES (AP) — Una creciente fuerza de bomberos se trasladó el lunes al área de Los Ángeles mientras se espera que vientos más fuertes provoquen nuevos incendios forestales que podrían retrasar el reciente progreso logrado en la contención de las llamas que han destruido miles de casas y matado al menos a 24 personas.
Los equipos y las tripulaciones llegaron desde todo Estados Unidos, Canadá y México, incluidos camiones cisterna y aviones que arrojan productos químicos para combatir incendios, mientras que el Servicio Meteorológico Nacional advirtió que los próximos días podrían volverse “particularmente peligrosos”.
Se pronostica que las condiciones severas del fuego se prolongarán hasta el miércoles, con ráfagas de viento en las montañas que alcanzarán los 105 kilómetros por hora (65 millas por hora). El día más peligroso será el martes, advirtió el analista de comportamiento del fuego Dennis Burns en una reunión comunitaria el domingo por la noche.
La relativa calma del domingo permitió que algunas personas regresaran a zonas previamente evacuadas. Pero incluso cuando se aumentó la contención en lo peor de los incendios , surgieron más malas noticias de las cenizas: el número de muertos aumentó el domingo por la noche con una actualización del médico forense del condado de Los Ángeles. Al menos 16 personas estaban desaparecidas, una cifra que las autoridades dijeron que también era probable que aumentara.
Los fuertes vientos de Santa Ana han sido en gran parte culpados por convertir los incendios forestales provocados la semana pasada en infiernos que arrasaron vecindarios enteros alrededor de la segunda ciudad más grande del país, donde no ha habido lluvias significativas en más de ocho meses.
En menos de una semana, cuatro incendios alrededor de la segunda ciudad más grande del país han quemado más de 62 millas cuadradas (160 kilómetros cuadrados), aproximadamente tres veces el tamaño de Manhattan.
La mayor parte de esa destrucción se debe al incendio de Eaton, cerca de Pasadena, y al incendio de Palisades, en un enclave adinerado de la costa del Pacífico. Los bomberos han logrado avances en ambos frentes en los últimos días y el incendio de Eaton está contenido en aproximadamente un tercio.
Los fuertes vientos que regresan podrían provocar un crecimiento explosivo de los incendios existentes y nuevos brotes en áreas hasta ahora no afectadas, lo que crearía nuevos desafíos para los equipos de extinción de incendios que ya están sobrecargados.
El jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony C. Marrone, dijo que llegaron 70 camiones cisterna adicionales para ayudar a los bomberos a combatir las llamas que se propagaron debido a las nuevas ráfagas. «Estamos preparados para el próximo evento de viento», dijo Marrone.
El retardante de fuego arrojado desde aviones actuará como una barrera a lo largo de las laderas, dijeron las autoridades.
