Aunque el tiempo se agota, los equipos de emergencia siguen realizando rescates dramáticos, sacando víctimas de entre los escombros. Incluso días después del fuerte sismo que sacudió la región fronteriza entre ambos países el pasado lunes, siguen encontrando supervivientes.
En la ciudad de Gaziantep, cerca del epicentro del seísmo en Turquía, los equipos de rescate sacaron a un joven de 17 años del sótano donde llevaba atrapado desde el lunes. Adnan Muhammed Korkut sonreía a la multitud de amigos y familiares que coreaban «Adnan» y lloraban de alegría mientras lo sacaban.
«Gracias a Dios que llegaste», dijo, abrazando a su madre ya otras personas que se inclinaron para besarle y abrazarle.
Es un ejemplo de que aún hay esperanza de encontrar gente con vida. El vicepresidente de Turquía afirma que más de 120 personas han sido rescatadas recientemente de entre los edificios devastados.
Cada ejemplo levanta el ánimo de quienes se encuentran en las zonas más afectadas de Turquía y Siria. En un caso, los equipos de rescate sacaron de entre los escombros a una madre ya su hija de seis años utilizando maquinaria pesada. Trabajaron durante casi 20 horas para llegar hasta ellas en el interior de una casa derrumbada.
Los equipos siguen buscando sin descanso, con la esperanza de encontrar señales de vida. Los trabajadores también rescataron a un padre tres días después del terremoto, dos horas después de que los equipos sacaran a su hija de la misma zona.
También hay noticias positivas sobre la recién nacida bajo los escombros. La han llamado Aya, que en árabe significa «milagro», y cada día está más sana en el hospital. Trágicamente, su madre no sobrevivió.
Aunque muchos han sido encontrados con vida, las historias de rescate son cada vez menos a medida que pasan los días.