Un total de 100 pequeños productores de comercio nacional de los corregimientos de Río Frío, Sevilla y Guacamayal, en el municipio de Zona Bananera, departamento del Magdalena, han recibido igual número de kits de bioseguridad por parte de ASBAMA y el ICA, además de un taller de sensibilización para fortalecer los mensajes y buscar nuevos mecanismos que motiven a los productores a mantener los protocolos de bioseguridad frente a los riesgos del FocR4T y verificar si las prácticas que emplean en sus predios son las que indica la norma.
Guillermo Durán Restrepo es uno de los pequeños productores propietario del predio La Margarita Durán, ubicada en el corregimiento Río Frío, señala que tiene conocimiento de la enfermedad, que aplica los protocolos y que viene participando de los talleres y entrega de kits de bioseguridad desde que iniciaron los convenios.
“Sí, yo vengo participando en el tema del Fusarium, he participado en varias ocasiones con el programa de ASBAMA – ICA y me he dado cuenta de que este es un excelente programa (…) yo no le permito a nadie que entre en mi finca si no se hace la bioseguridad en los zapatos, si no puedo entregarle botas, tengo herméticamente prohibido que entren particulares en moto, bicicleta, etc, para evitarme cualquier acontecimiento que tenga que ver con el Fusarium”.
Así mismo, manifestó que por haber asistido a varias capacitaciones tiene plena claridad sobre lo que significa contraer el FocR4T: “sí tenía conocimiento y es una cosa terrible, una cosa que ni Dios lo quiera a la persona que le da, son 25 años que se le muere la finca, se muere él y todavía no recupera las tierras que con tanto esfuerzo ha conseguido”.
En este segundo taller en Magdalena, desarrollado en Agrosavia, se les elaboró una caracterización socioeconómica y se les aplicó una encuesta de conocimiento del Fusarium Raza 4 Tropical, para medir los resultados de las acciones emprendidas a través de los convenios y otras gestiones que ya se han desarrollado desde que apareció el hongo en Colombia. En este año se desarrolla el cuarto convenio, el GGC 029.
Antonio Escorcia Valencia, gestor social y cultural para la sensibilización del FocR4T, señaló que con las actividades llevadas a cabo se demostró que la gran mayoría de los pequeños productores de comercio nacional reconocieron la importancia de las zonas de bioseguridad. Lo cual es positivo porque de un lado ha habido, por parte de ellos, un conocimiento de lo que se necesita para ese manejo, pero por otro, se visualizan ciertas dificultades para identificar ciertas zonas riesgosas que puedan transmitir el Fusarium.
“El trabajo consistió en hacer una cartografía donde se visualiza como entendían los productores las zonas de peligro. A través del dibujo mostraron como ven, por ejemplo, si en la zona donde hay animales o donde hay corrales puede haber peligro de cualquier tipo de plaga, porque el Fusarium hacer parte de otro conjunto de plagas, como la Sigatoka o el Moko. Esto permite identificar zonas que descuidan por naturalizar ciertas acciones o también ver que seguridades tienen con respecto al manejo fitosanitario”.
La actividad finalizó con la aplicación de una encuesta que se divide en dos partes. La primera para medir el perfil demográfico de los productores de la zona y, la segunda, hacer un balance del conocimiento que estos productores tienen sobre el Fusarium, para poder identificar que insumos han tenido anteriormente y cuanto es el tiempo que se dedican al manejo fitosanitario de sus predios.