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“En mis pinturas quiero relacionar formas muy simples de modo que se conecten de manera ingeniosa y extraña, encontrar algo nuevo, y quitar todo lo superfluo sin llegar a la esterilidad. Encontrar el momento en que la inteligencia y la intuición crean algo misterioso, que al primero que sorprende es al artista mismo”.

De esta forma veía el Maestro Eduardo Ramírez Villamizar el sentir y cada propuesta de su obra. El arte colombiano, celebra este mes el centenario de su natalicio, conmemoración que une a 24 museos y centros culturales, que le rinden homenaje con variadas exhibiciones.

Una de ellas en el Caribe colombiano es el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo-Quinta de San Pedro Alejandrino, que este miércoles 17 celebra su trigésimo sexto aniversario con un primer momento en el Altar de la Patria, donde se rendirá honores a El Libertador y se hará una serie de reconocimientos a personajes que apoyan la cultura y las artes en general.

Con ingreso gratuito, desde las 6 de la tarde se ofrece esta conmemoración donde se exaltará a la Universidad del Magdalena por sus 60 años, la Orquesta Filarmónica de CAJAMAG, la Fundación Museo de Arte Eduardo Ramírez Villamizar y la acordeonera Sara Rhenals, ganadora en el Festival de la Leyenda Vallenata.

El Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo-Quinta de San Pedro Alejandrino en su aniversario 36 celebra con la exhibición ‘Patrimonio en alta dimensión’. Cerca de 24 museos y centros culturales del país se unen para conmemorar y celebrar la obra del pionero de la técnica.

‘Patrimonio en alta dimensión’

Sobresaliente estudiante de Arquitectura, Arte y Decoración de la Escuela Bellas Artes en la Universidad Nacional de Colombia; Eduardo Ramírez Villamizar, logró en su obra un proceso gradual y lógico, con sucesivas etapas en su aproximación a la escultura, alcanzó a convertirse en el máximo exponente de la abstracción geométrica en América Latina, admirador de la fuerza y la nobleza del metal, la pátina y la corrosión que visten sus esculturas, no concibe su obra escultórica sin emerger de ese proceso.  

La pintura abstracta de Ramírez fue el preámbulo necesario de su obra de escultor. Es tal la unidad de toda su producción, que algunos cuadros anticipan claramente sus primeros relieves e, incluso, anuncian las formas y los espacios de sus esculturas libres.

Sus esculturas están hechas de formas muy simples, tensiones y relaciones, llevando las formas naturales a su esencia básica; lo importante es que conecten no solo de forma ingeniosa, si no extraña para encontrar algo nuevo.

Trasegó por el retrato, técnica con la cual obtuvo el segundo lugar en el VII Salón Nacional de Artistas en 1946.Luego decide alejarse de la pintura figurativa en acuarela, para introducirse en la técnica al óleo, continua pintando y se empieza a notar rasgos sutiles de transformación de la figuración a la abstracción, luego se desprende de la pintura abstracta en búsqueda de la geometría y el espacio.

El colorido es variado, pero hay un predominio del rojo, el azul, el verde, casi siempre puros, y de los neutros, el negro, el blanco y los grises. La pintura abstracta de Ramírez fue el preámbulo necesario de su obra de escultor. Es tal la unidad de toda su producción, que algunos cuadros anticipan claramente sus primeros relieves e, incluso, anuncian las formas y los espacios de sus esculturas libres.

Eduardo Ramírez Villamizar se le considera uno de los escultores más notables de su país quien estudió arquitectura antes de obtener el reconocimiento mundial por sus pinturas y esculturas.

Expuesto al modernismo internacional en viajes a París y Nueva York durante la década de 1950, tuvo un éxito temprano. Una de sus piezas, «The Black and White Painting», fue adquirida por el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1956, y dos años después ganó un premio Guggenheim.

En parís, realizó su obra personal, que se caracterizó por la relación estrecha de formas planas presididas y las líneas rectas o curvas, diseño y color que se engranan entre sí.

Cuando regresó a su país, se convirtió en pionero del arte abstracto. Su exposición individual de 1952 en la Biblioteca Nacional de Bogotá fue una de las primeras muestras de pintura abstracta, y su composición de 1957 en Ocres fue el primer mural no objetivo del país.

La exposición ‘Patrimonio en alta dimensión’ y los actos conmemorativos del 36 aniversario del  Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo-Quinta de San Pedro Alejandrino, es un proyecto 2022 apoyado por el Programa Nacional de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura, la Gobernación del Magdalena y la Alcaldía Distrital de Santa Marta.

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