LONDRES (AP) — El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, jefe de la Iglesia de Inglaterra y líder espiritual de la Comunión Anglicana global, renunció el martes después de que una investigación encontró que no informó a la policía sobre el abuso físico y sexual en serie por parte de una voluntaria en los campamentos de verano cristianos tan pronto como se enteró de ello.
La presión sobre Welby había ido en aumento desde el jueves, cuando la negativa del arzobispo a aceptar la responsabilidad por no haber informado sobre los abusos en Inglaterra y en África en 2013 provocó la ira por la falta de rendición de cuentas en los niveles más altos de la Iglesia. El martes por la tarde, Welby reconoció ese error.
“Está muy claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y traumático período entre 2013 y 2024”, dijo Welby en el comunicado en el que anunció su renuncia. “Creo que dar un paso al costado es lo mejor para la Iglesia de Inglaterra, a la que amo profundamente y a la que he tenido el honor de servir”.Anuncio
La renuncia de Welby tendrá repercusiones en todo el mundo. El arzobispo de Canterbury es el líder simbólico de la Comunión Anglicana, que cuenta con más de 85 millones de miembros en 165 países, incluida la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos. Si bien cada iglesia nacional tiene sus propios líderes, el arzobispo de Canterbury es considerado el primero entre iguales.Historias relacionadas
Welby, un ex ejecutivo petrolero que abandonó la industria en 1989 para estudiar para el sacerdocio, era una figura controvertida incluso antes del escándalo. Mediador experto que ha trabajado para resolver conflictos en Nigeria y en otras partes de África, luchó por unir a la Comunión Anglicana, que se ha visto dividida por opiniones profundamente divergentes sobre cuestiones como los derechos de los homosexuales y el lugar de la mujer en la Iglesia.
La Iglesia de Inglaterra publicó el jueves los resultados de una investigación independiente sobre el fallecido John Smyth, un destacado abogado que, según el informe, abusó sexual, psicológica y físicamente de unos 30 niños y jóvenes en el Reino Unido y 85 en África desde la década de 1970 hasta su muerte en 2018.