Las mujeres colombianas que se arriesgan a tomar el camino para llegar a ser jugadoras profesionales de fútbol atraviesan por diversas dificultades, como la escasez de recursos o no contar con una fuente económica segura para poder lidiar con los diversos gastos que se tienen en este deporte. Artículo 20, laboratorio de periodismo digital hecho por estudiantes del Politécnico Grancolombiano, identificó algunos de los principales factores que impiden el desarrollo y el crecimiento del fútbol femenino en Colombia.
¿Cuáles son los principales estereotipos que se generan alrededor de la figura de la mujer que juega fútbol?
El fútbol femenino llegó a Colombia a principios del siglo 20 y, aun así, durante años se consideró un deporte completamente masculino. ¿Por qué se generan los estereotipos? Para Colombia, un país que por décadas ha dejado de lado la importancia que cumple el papel de la mujer en la construcción y el progreso de la sociedad, es más que complicado el proceso de aceptación y adaptación para brindarle completo apoyo en un deporte que es históricamente reconocido como masculino. «La falta de credibilidad en el fútbol para nosotras, falta de apoyó y oportunidades; son algunas de las razones que nos frenan a surgir» -Stefany Cadena, futbolista en GoldStar hace 4 años.
En este deporte, el aspecto físico de las mujeres es un tema bastante polémico, pues lo establecido como «feminidad» según críticos, es lo que más se altera en la mujer que decide iniciar en el fútbol. Expresiones fuera de rango, contacto físico y la orientación sexual, son algunas de las razones que hacen que las mujeres que practican este deporte no sean vistas como mujeres femeninas o delicadas ante una sociedad machista.
Para las mujeres, ha sido un trabajo de doble tiempo, en la cancha contra el equipo contrario y afuera con una sociedad que les da la espalda simplemente por ser mujeres. Con el pasar del tiempo su trabajo en la cancha ha logrado abrir mentes. “Las mujeres han tenido que luchar por obtener el reconocimiento y la igualdad de derechos en el deporte». Aseguró en una entrevista Joshep Blatter, presidente de la FIFA.
«Solo espero que un futuro no muy lejano mi participación en todos los escenarios posibles sea completamente normal como lo es para mi papá, mi tío, mi hermano y cualquier otro hombre… No tengo que preocuparme más por ser mujer», asegura Stefany. En la última década, las mujeres han multiplicado su presencia en el fútbol. Y de esta manera, el deporte se convierte en una excelente herramienta para impulsar la igualdad de género y prevenir la violencia contra las mujeres al rededor del mundo.
¿Por qué la sociedad colombiana no consume fútbol femenino como lo hace con el masculino?
El fútbol es una industria que toca conocer desde la perspectiva empresarial, ya que este deporte mueve aproximadamente unos 250 billones de dólares anuales. La brecha entre el futbol masculino y femenino es bastante amplia, porque la inversión hacia este deporte es baja y es gracias a la poca confianza que le tienen. Las grandes compañías le apuestan más al fútbol masculino, ya que ha sido el que más ingresos genera y más movimiento tiene a través de los medios ¿y por qué? La mujer durante años, ha tenido el rol de ser la ama de casa, la madre, también ha estado rodeada de diferentes estereotipos, tales como «las mujeres tienen menos resistencia que los hombres» «se agotan más rápido».
Una de las razones del porqué no hay tanta credibilidad es porque es algo relativamente nuevo, ya que hasta el 2016 parecía incierta la liga profesional de fútbol en Colombia. Los baches de incertidumbre son bastantes amplios, ya que, a comparación con el fútbol masculino, en los año 70, el gobierno dio la autorización para realizar pago de nómina a los jugadores, ese fue el punto de partida para que la publicidad, el marketing y el mercadeo, girara alrededor de las vallas publicitarias; entonces, los clubes iniciaron a buscar patrocinio en marcas, por lo que la economía tuvo un gran alcance al punto de llevar a cabo contratos de cinco años, para así poder pagar uniformes con anuncios publicitarios; los estadios se llenaron de publicidad y vallas en la ciudades. Pero todo este terreno se encontraba dirigido al fútbol masculino, ya que cada comercial iba dirigido a la población masculina, dejando a un lado el rol de las mujeres.
David Quitian, sociólogo, miembro fundador de la Asociación Colombiana de Investigación y Estudios Sociales del Deporte, analiza otros factores: “Esto se da por una cuestión de educación, de gusto. Es que el fútbol femenino hay que aprenderlo a apreciar, porque si las personas miran al fútbol femenino con el criterio con el cual ven el fútbol masculino, sencillamente les puede parecer aburridor o más lento, porque las mujeres juegan a otro ritmo y eso hay que aprenderlo a degustar. Todos los gustos no son naturales, todo es aprendido, todo es cultural, no vamos a pretender que una sociedad que está educada para el fútbol masculino, de buenas a primeras aprecie el fútbol femenino”.
Y, aunque en los últimos años el fútbol femenino ha tomado mayor protagonismo, las brechas de género y los estereotipos siguen siendo un factor determinante. Es importante recordar que 1910 se promulgó una ley que estableció la educación física obligatoria en Colombia, en la que el único deporte permitido para las niñas era «el baloncesto pues se consideraba de menos contacto físico» (Pino, 2016).
Finalmente, cuando se habla de audiencias, también los medios de comunicación tienen un papel importante. “No se puede comparar las audiencias de los mundiales, ya que toda la industria mediática está volcada hacia el mundial, se autopromociona, pone en franja prime time, toda la publicidad es del mundial, pero esto ocurre solo con el masculino; mientras que, el mundial femenino es todo lo contrario, casi que uno se tiene que enterar porque algún amigo le dijo o porque uno lo está siguiéndolo detalladamente”, afirmó el sociólogo Quitian.
¿Se ven obligadas las jugadoras de fútbol a manejar diferentes fuentes económicas para llegar a triunfar en este deporte?
En Colombia, el fútbol está ligado a sectores privados que aún se caracterizan por su prevalencia en el machismo. De esta manera, para las mujeres disminuyen las oportunidades salariales. 40 millones de mujeres practican fútbol a nivel mundial, y se estima, según un estudio del Sindicato Mundial de Futbolistas (FIFPRO), que la mitad de estas mujeres no reciben un salario, por lo que se ven completamente obligadas a tener una segunda ocupación que las ayude a suplir los gastos que deja la práctica del deporte.
Actualmente hay jugadoras que están con contratos de un corto periodo, que no son suficientes para sobrellevar sus gastos. Un jugador, puede llegar a un sueldo de máximo 10 millones mensuales, pero una jugadora de la selección, puede recibir un aproximado de 4 millones, demostrando la inequidad tan grande, que se ve en las dos ligas.
Las mujeres de la selección Femenina de fútbol han presentado diversas denuncias, ya que consideran que no tienen las garantías necesarias en este deporte. Muchas de ellas, no cuentan con un contrato laboral vigente, algunas solo tienen uno con vigencia de dos meses, lo que dura la Liga Femenina y al mes, solo reciben un auxilio de $300.000, siendo bastante complejo tener garantías económicas.
Solo el 10 % de las mujeres que practican este deporte logran llegar a ligas mayores.Esta es la realidad que viven muchas mujeres que deciden dedicarse a este deporte; alterando sus rutinas diarias, para así poder entrenar, estudiar y trabajar, con el objetivo de tener el sustento económico y financiar el sueño de ser jugadoras profesionales y con unas mejores garantías, para que la Liga Femenina de Colombia, tenga un mayor alcance ante la sociedad y se valore más esta práctica deportiva.