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JERUSALÉN (AP) – El designado primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, logró el jueves un acuerdo de coalición con un partido ultraortodoxo, lo que le acerca un paso más a la formación del que se espera sea el gobierno más derechista y religioso de la historia del país.

El partido Shas ha sido durante mucho tiempo aliado del Likud de Netanyahu. Su base está formada por judíos religiosos de clase trabajadora de ascendencia de Oriente Medio y promueve un programa religioso y social. El partido no tiene representantes femeninas.

Netanyahu ya ha alcanzado acuerdos de coalición con tres facciones de extrema derecha cuyos programas incluyen la expansión de los asentamientos en Cisjordania, castigos más severos para los agresores palestinos y propuestas contra la comunidad LGBTQ.

Según el último acuerdo, el partido Shas controlará o tendrá altos cargos en los ministerios de Servicios Religiosos, Asuntos Sociales, Educación e Interior.

El jefe del partido, Aryeh Deri, ocupará durante medio mandato el cargo de ministro de Sanidad e Interior, antes de convertirse en ministro de Finanzas. También ocupará el cargo de Viceprimer ministro.

El año pasado, Deri fue condenado por delitos fiscales en el marco de un acuerdo y quedó en libertad condicional. Para que pueda ser ministro del Gabinete, el nuevo gobierno tendrá que aprobar una nueva legislación que anule las leyes actuales que prohíben que un convicto en libertad condicional ocupe ese cargo.

La maniobra legal ha suscitado críticas por socavar las instituciones democráticas de Israel. Es «una burla de este procedimiento penal», dijo Amir Fuchs, investigador principal del Instituto Israelí para la Democracia, grupo de expertos de Jerusalén.

El Likud y sus socios ultraortodoxos y de extrema derecha obtuvieron una mayoría de escaños en la Knesset, o Parlamento, en las elecciones del 1 de noviembre, lo que les coloca en posición de formar un nuevo gobierno.

Netanyahu tenía de plazo hasta la medianoche del lunes para formar una coalición, aunque el Likud anunció a última hora del jueves que había pedido al presidente-figura del país una prórroga de dos semanas, como permite la legislación israelí.

Si toma posesión, se espera que la coalición promueva reformas legales que debiliten el poder judicial israelí y allanen el camino para que el proceso penal de Netanyahu sea congelado o sobreseído.

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