En la 79 Conferencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Gustavo Petro recordó que “hace un año pedí una conferencia de paz por Palestina en este mismo lugar sin que hubiera estallado aún la primera bomba. Hoy tenemos 20.000 niños y niñas asesinados bajo las bombas y los presidentes de los países de la destrucción humana se ríen en estos pasillos, con ayuda del poder de comunicación de los medios mundiales, que hoy están en propiedad de los grandes capitales, reordenan el mundo sin democracia, sin libertad».
El mandatario mostró su preocupación porque los países poderosos no atienden las peticiones de la mayoría de mandatarios del mundo. “No nos escuchan cuando votamos que se detenga el genocidio en Gaza. Aunque seamos la mayoría de los presidentes del mundo y representantes de la mayor parte de la humanidad, no nos escucha una minoría de presidentes que pueden detener el bombardeo. Es decir, no nos escuchan los presidentes de los países que pueden destruir la humanidad».
“Si pedimos que dejen las guerras para concentrarnos en la transformación rápida de la economía del mundo para poder salvar la vida y la especie humana, tampoco nos escuchan. Es el poder de destrucción de la vida lo que da volumen a la voz en el recinto de las Naciones Unidas y congrega a la mayoría de sus representantes y delegados» añadió.
Enfatizó que “en este recinto la capacidad de comunicación de un presidente depende de la cantidad de dólares que tenga en su presupuesto, en la cantidad que tenga de aviones de guerra y en el fondo en la capacidad que tenga su país de destrucción sobre la humanidad. El poder de un país en el mundo ya no se ejerce por el tipo de sistema económico o político o de ideas que irradie, sino por el poder de destruir la vida de la humanidad».
Manifestó además que “el proyecto democrático de la humanidad está muriendo con la vida, mientras los racistas, los supremacistas, los que creen estúpidamente que los arios son la raza superior, se aprestan a dominar el mundo escribiendo el terror de las bombas sobre los pueblos».
“Resulta que el pueblo de Dios no era el pueblo de Israel, no es el pueblo de los Estados Unidos de Norteamérica, sino que el pueblo de Dios es la humanidad toda y, los niños de Gaza, eso eran, humanidad, el pueblo elegido de Dios. Están matando el pueblo elegido de Dios, los niños de la humanidad», puntualizó.